Muchas veces tengo regresiones infantiles. Las amo. Voy por la calle saltando, a veces al mismo tiempo canto alguna canción bien ridícula; de vez en cuando, giro sobre mi propio eje hasta caerme. Suelo bailar con mi perra hasta terminar en el piso riéndonos de lo graciosas que nos vemos, habitualmente me invento personajes con voces y posturas determinadas. Sufro de náuseas por mis deseos irreflenables de jugar a las escondidas, hago dibujos tontos y genero amistades fácilmente. Pero hoy. Hoy no me gustó la regresión que tuve. Para nada. Me han informado que debo usar ortodoncia. Llegué a mi casa y me puse a llorar.
dejen de pronunciar su nombre que también es mi nombre pero no me nombra (nadie me nombra) pronuncian mi nombre y es ella es ella hace tiempo fui un sueño que preguntaba ¿sabés quién sos? ¿sabés quién sos? fui ahora, soy una mina copada y no creo (en ningún sentido) no creo porque no sé ir más allá no creo porque es imposible decir la verdad (todas las palabras son mentirosas, ya sea porque ocultan ya sea porque no alcanzan) creer/crear no creo ni en crear ni creo -intento, vano intento- para creer tal vez por eso no soy capaz ni de inventarme un nombre
según ellos mi pelo es encaracolado y la palabra me resultó tan linda "El lenguaje es una creación estética. Creo que no hay ninguna duda de ello, y una prueba es que cuando estudiamos un idioma, cuando estamos obligados a ver las palabras de cerca, las sentimos hermosas o no. Al estudiar un idioma, uno ve las palabras con lupa, piensa esta palabra es fea, esta es linda, esta es pesada. Ello no ocurre con la lengua materna, donde las palabras no nos parecen aisladas del discurso." Jorge Luis Borges Fragmento de Siete noches , México, Fondo de Cultura Económica, 1998 - conferencia dictada en el Teatro Coliseo de Buenos Aires en 1977- habrá que romperse la cabeza para aislarlas martillarse la mente hasta el hartazgo hacia el hartazgo y enmudecer de placer
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