inexorable

Con la punta de la lengua recorría aquella suave superficie. La saboreaba poco a poco introduciendo eso tan especial en su boca. Las sensaciones eran variadas: excitación, angustia, ansiedad.
De repente tomaba distancia para observar; se mordía los labios, cerraba los ojos y volvía a empezar con un ritmo más acelerado.
Las sensaciones aumentaban: excitación, angustia, ansiedad. Como desde un principio supuso, comenzó a llorar (esto le dificultaba la respiración lo cual no facilitaba el final del acto.)
Era el mismo llanto de siempre, silencioso y contenido.
Volvió a tomar distancia, volvió a observar, pero mantuvo su boca abierta. Lo introdujo violentamente hasta el fondo de su garganta. Las sensaciones estaban en su punto cúlmine.
Sin pensarlo (o quizás pensándolo demasiado) presionó el gatillo y todo terminó.

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