Me tamborilea el corazón, entonces pujo. Y sabré que saldrá una bala dirigida a aquel espacio. Aquel espacio entre los omóplatos, ése que te queda tan lindo. Estreno cuaderno escuchando a Spinetta y prefiero cambiar de lugar. Los omóplatos, no. Mejor ahí. Donde se anudan los sesentaypico de músculos. Y sí, probablemente te duela un poquito.
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Mostrando las entradas de 2008
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Laura Blanes
No le importás. Y lo sabés. Le encanta escuchar el sonido de su voz. Habla habla habla hablahablahablah blah blah blah. Regurgita palabras. Pero el viento no sopla. No. Todo esto, a mí, me divierte. Y lo sabés. Disfrutá de tu desnudez mientras sus palabras no flotan, no, en el aire. Caen pesadas y gomosas, porque no se rompen, pesadas y gomosas sobre el piso que no cruje, no, que no cruje porque es aburrido. Te habla de arte ¿viste? De aquel arte al que vos nunca, nunca, vas a poder colocarle mayúscula. Y lo sabés. Jodete, sos culpable. Jodete, te declaro culpable. Cómo me hacés reír. Ahora ya no sentís tanto placer. Tampoco la pasás mal. De eso se trata la mediocridad. Estar en el medio, siempre; vanagloriarse de no quedarse en los extremos. Estancarse y no caminar por la cuerda floja que vulgarmente compararías con un renglón a medio escribir. Imbécil. Querés que lea ¿no? Que lea y salvar un poco tu imagen. Aunque sabés, sí, sabés que es una estupidez. Pero esto es lo más hilarante
Puertas
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Laura Blanes
(Escrito con Max Kamienomosky a la manera de cadáver exquisito) Justo cuando se cierra, quedo fuera de todo tipo de explicación. No sé adónde estoy por llegar ni de dónde estoy por partir. Sólo sé que atravesando este umbral, puede que me encuentre con más de lo mismo. Puede que me encuentre con una pared oscura. Y sepa que no hay motivo ni razón para seguir adelante. Frente a algo nuevo recuerdo algo viejo. No lo puedo evitar. Es que soy tan predecible ante estas situaciones. Se abren como se cierran se sale como se entra. Es tan simple como eso.
¿Desde cuándo?
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Laura Blanes
(Escrito con Max Kamienomosky a la manera de cadáver exquisito) Jamás pensé que iba a suceder de esta manera. Nunca imaginé que sonaría el teléfono en un momento así. Mientras los cigarrillos son consumidos por una brasa interna soy un hielo que se mantiene siempre igual. CALOR Y mis caderas se mueven sin ningún tipo de intención. la culpa es mía. Es sólo que me dieron ganas de reír y terminar así, callando todo lo que había por decir.
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Laura Blanes
por suerte encontré el papel. algo malo: me pica todo el cuerpo. todo. mucho. tengo sueño. poco. me rasco. pienso. por suerte estoy contenta. algo malo: me acordé de un par de cuentos que están en aquel diskette. el que no se puede abrir. me cago en el back up. realmente. me muerdo el labio. hace poco terminé de leer una novela en el que un personaje hace lo mismo. pero en todo lo demás somos distintas. escucho a alguien cepillándose los dientes. qué chistoso. el ruido. la frase. la palabra chistoso. una barba me pincha. bostezo. mañana me levanto a eso de las seis. decididamente soy alérgica a algo. estornudo demasiado. como nunca antes. yo antes no estornudaba así. no tenía esta sensación cuando estornudaba. y claro. si sumamos la picazón. ya me lavé los dientes. a dormir.
me da igual
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Laura Blanes
No me puedo...
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Laura Blanes
No me puedo significar. Por eso es que no (te) escucho Y (me) tropiezo Pero no caigo Entonces parece que bailo Que fluyo Pero en realidad En medio de las piruetas (Me) pregunto Y No me puedo significar. Pero (te) charlo Aunque no (te) escuche Porque quiero seguir bailoteando De mentirita Haciendo que…
puntos suspensivos
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Laura Blanes
entonces
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Laura Blanes
según ellos mi pelo es encaracolado y la palabra me resultó tan linda "El lenguaje es una creación estética. Creo que no hay ninguna duda de ello, y una prueba es que cuando estudiamos un idioma, cuando estamos obligados a ver las palabras de cerca, las sentimos hermosas o no. Al estudiar un idioma, uno ve las palabras con lupa, piensa esta palabra es fea, esta es linda, esta es pesada. Ello no ocurre con la lengua materna, donde las palabras no nos parecen aisladas del discurso." Jorge Luis Borges Fragmento de Siete noches , México, Fondo de Cultura Económica, 1998 - conferencia dictada en el Teatro Coliseo de Buenos Aires en 1977- habrá que romperse la cabeza para aislarlas martillarse la mente hasta el hartazgo hacia el hartazgo y enmudecer de placer
perseverante
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Laura Blanes
El ruido de las piedras golpeando mi ventana es constante. No m deja dormir. Está allá afuera, impaciente supongo, pero no le voy a abrir. Nunca pensé que estuviese tan loca, tan fuera de razón. Ya nadie la quiere ver , nadie la quiere cerca; yo menos. Me persigue hace días. Me asusta con golpes, gritos, caricias, suspiros. A veces, mientas me afeito, el espejo me devuelve su rostro. A veces en mis sueños me transformo en ella. Estoy en el trabajo y ella me espera a la salida. Tomo un café y ella se sienta junto a mí. Escapo y me persigue. Ya había notado cómo todos la evitaban. Al principio no le di importancia, pero con el paso del tiempo comencé a sentirla tan insoportable, asfixiante más bien, c0omo la encuentran los demás. Estuvo molestando a varios conocidos, tuvieron suerte y se la sacaron de encima rápido. Ahora se la agarró conmigo y no me deja dormir. El ritmo de los golpes es cada vez mayor y mi corazón acelera con ellos; tuc tuc tuc tuc tuc tuctuctuc De
extremo equilibrio
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Laura Blanes
Caminaba sobre una fina, tensa, afiliada cuerda. Bajo cinco mil metros, el suelo áspero, lejano. Llevaba sobre su espalda un gran peso, un piano desafinado, viejo. Mientras caminaba, sentía la cuerda bajo sus pies como si ésta fuese un cuchillo sin el suficiente filo para cortarlo, pero sí para lastimarlo. Trabajosamente mantenía la posición para no perder el equilibrio. El piano no se movía ni un milímetro. Le faltaba la mitad del recorrido cuando comenzó a llover. Gotas macizas, molestas. Golpeaban las teclas del piano formando una melodía desconcertante. Con violencia caían sobre su cabeza y, perdiendo fuerzas, formaban un hilo de agua en su gran nariz con forma de gancho. Tenía los ojos cerrados, no quería ver el vacío. Cada vez se inclinaba más, el piano lo superaba. Ya pensaba que en el caso de que no perdiera el sagrado equilibrio, igualmente caería hacia la muerte después de que la cuerda le atravesara los pies. Sin embargo llegó al otro lado sano y salvo. Colocó el piano en
Sin título
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Laura Blanes
Se despertó y era todo blanco. No había nada más que blanco. Todo blanco. Ni olor, ni texturas, ni sonidos, ni sentimientos. Caminó para llenar un poco todo ese abismo de nada. Observaba el blanco. No sintió ni pena ni dolor ni curiosidad. Apatía. Lo único que sentía era el latido blanco y su respiración, fresca, llena de aire blanco. Cerró los ojos y seguía viendo blanco. Escupía blanco, vomitaba blanco, gritaba blanco, le importaba un carajo. Era un blanco que no se acababa nunca y lo consumía. Lo transformó en base a sus necesidades. Blancas. No era nada. No representaba nada. Salvo el blanco.
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Laura Blanes
No podía hablar. Cada vez que quería decir algo salían millones de insectos de su boca. Sentía sus minúsculas patas en su garganta, las antenas acariciando su paladar. Mientras más importante era lo que deseaba decir, mayor era la cantidad de ellos. Ya ni trataba de establecer contacto con la gente. Trató de aprender el lenguaje de los sordomudos, le fue difícil hacerlo y lo poco que aprendió no le sirvió de mucho, las personas se horrorizaban al verle las manos. Le faltaba el dedo mayor de cada una de ellas. Además, su apariencia externa transmitía toda la desesperación que sentía, estaba urgido por ayuda, por comunicarse. Escribir tampoco podía, no sabía hacerlo. Era una de las tantas personas analfabetas en el mundo. En su familia los primogénitos no recibían más que la educación familiar básica, era una vieja tradición que sus padres no quisieron romper. Después de cuarenta años de incomunicación no soportó más, se puso una bolsa en la c
ocasional•mente
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Laura Blanes
Humedad
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Laura Blanes
¿Cómo alguien tan lleno de paz me intranquiliza tanto? Mientras más calmo está, menos lo estoy yo. Cuando lo veo dormir es el peor momento, lo odio. Cuando está mal, nervioso, lo amo. No sé por qué. Es todo demasiado ambiguo. Su piel, sus ojos, suaves, hermosos, repugnantes, maliciosos.Me desconcierta. No sé si dudar de él o de mí, quizás de los dos. Ambigüedad otra vez. Todos piensan que lo adoro. Es que, claro, es natural, no cabe otra opción. Tan lindo tan tierno tan tranquilo tan mío. creo que ése es el problema: no lo siento mío. Durante mucho tiempo fue una persona y ahora es otra. O no, no sé. Yo siento que es otro aunque no lo parezca. Sé que todo esto es muy malo, por lo menos eso pensarían los demás si supiesen lo que siento. Está bien, en otro momento yo hubiese pensaldo lo mismo, pero ahora que lo vivo yo es diferente. Sólo porque lo vivo yo. Si esto de por sí es malo, lo que he decidido es aún peor, y cuando lo haga no habrá insulto que me describa. Más que nada al hecho,
desacurrucándose
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Laura Blanes
Levantarse es una buena opción siempre y cuando se nos permita desperezarse. Que la lucha contra las lagañas no sea violenta, más bien una negociación. Tomar conciencia de cada parte del cuerpo, sobre todo de los pulmones: sí, exactamente, respirar hondo. Mentalizarse que ahora la temperatura es otra, que las texturas de las imágenes son otras, que la densidad del aire es otra. Yo soy otra. Usted es otro. Claro, la realidad es otra. Ya levantado, con la sangre acomodada y las articulaciones frescas, disfrute un poquito del silencio. El buen día se dice con la mirada, con la sonrisa todavía adormilada. No pronuncie palabra que la lengua es algo vaga y a la mañana suele ser torpe. En cambio, disfrute de los pequeños sonidos creados por la puerta de la alacena que se abre y se cierra, por el fuego calentando la pava, por el cajón desentrañando las cucharas. En todo el día los oídos no estarán tan relajados. Y respire. Respire el olor del matecito, el olor de las tostadas, el olor del día
inexorable
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Laura Blanes
Con la punta de la lengua recorría aquella suave superficie. La saboreaba poco a poco introduciendo eso tan especial en su boca. Las sensaciones eran variadas: excitación, angustia, ansiedad. De repente tomaba distancia para observar; se mordía los labios, cerraba los ojos y volvía a empezar con un ritmo más acelerado. Las sensaciones aumentaban: excitación, angustia, ansiedad. Como desde un principio supuso, comenzó a llorar (esto le dificultaba la respiración lo cual no facilitaba el final del acto.) Era el mismo llanto de siempre, silencioso y contenido. Volvió a tomar distancia, volvió a observar, pero mantuvo su boca abierta. Lo introdujo violentamente hasta el fondo de su garganta. Las sensaciones estaban en su punto cúlmine. Sin pensarlo (o quizás pensándolo demasiado) presionó el gatillo y todo terminó.
HHhuUmmOo
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Laura Blanes
Y me contamino con humo rosado . Arden los ojos, se seca la garganta. El ambiente se ha vuelto extraño. Nos gusta. Aunque yo no fume me invade el humo rosado. Intoxica la piel, lastima los pulmones. Las sonrisas afloran y quedan pegadas en las paredes. Eso nos alegra. Siento cada vez más denso este humo rosado. Asfixia y duerme. Mis labios ya no forman aquellas imágenes que se encuentran pegadas en las paredes. Me desmayo. Y me despierto entre este humo rosado. No sucedió lo que imaginaba. ¿Burla o traición? Debo irme.
Con agua y detergente
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Laura Blanes
Soplaba con delicadeza. Del soplido nacía una perfecta burbuja de perfectos colores. Flotaba de increíble manera pero siempre terminaba explotando, contra las paredes, contra el piso, contra el aire mismo que la sostenía. Se podía adivinar cuándo sucedería, la burbuja perdía los colores y se notaba cómo se debilitaba hasta que… Ella, sentada en su sillita en medio del balcón seguía soplando pacientemente. La nena soplaba muy despacio, sólo salía una burbuja. Ella quería eso, tan sólo una burbuja. Mientras volaba veía, además de los colores, cómo se deformaban los ventanales, las rejas, su cara. Ni bien veía que descendía, se acostaba sobre el piso de calientes mosaicos rojos y soplaba hacia arriba para que la burbuja no explotara contra él, tenía que hacerlo con cuidado, esa esfera que la hipnotizaba era muy frágil. Pero la burbuja perdía los colores igual. Volvió a soplar. De pronto observó que se dirigía a la pared blanca pero verde de tantas enredaderas usurpadoras. Inmediatamente f
importante
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Laura Blanes
Caminás derecho deseando estar en lo correcto. Aunque de vez en cuando se te desvía la mirada, seguís. A veces hasta cerrás los ojos, pero eso no evita que pienses, queridito. No, no. Así y todo seguís sin torcerte ni un milímetro. ¿Te acordás el día que te detuviste? Fue chistoso. Porque el mundo no paró, sólo paraste vos pensando vaya uno a saber qué. Ni vos sabés qué. Quizás te ilusionaste, quizás te arrepentiste. No importa. Aquel día eso fue lo que descubriste. Que no importa. No les importa. No me importa. Caminá y seguí llorando, seguí desviando la mirada. Como hacés desde aquel día que te detuviste y el mundo no.
basta ya
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Laura Blanes
escrito a partir de "Casa tomada" de Julio Cortázar No debemos permitir el silencio porque todo se llena de ruidos. Y entonces así . El silencio permite que haya ruidos que nos silencian, para romperlo puedo romper los –quizás- platoscontraelsuelohacenmuchoruidoentoncesnohaysilencio. Lástima a la noche que Irene duerme y sus sueños combinados con el silencio son aterradores, es que no lo rompen al silencio… lo hacen más grande; entonces no duermo como ayer y hoy y mañana y miércoles y sábado que el silencio me ahoga con los sueños de Irene que me aprietan. Sueños silenciadores cómplices de mi insomnio. Seguir pensando, seguir pensando. Pensar es ruidoso, los pensamientos ruidosos le ganan –claro- al silencio pero nunca –claro- al los sueños silenciadores. El silencio permite ruidos extraños escuchar, no son míos, entonces. Nodebemospermitirelsilencioporquetodosellenade ruidos. Entonces así.
estructurada contractura
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Laura Blanes
aburrimiento.mediocridad.orden.ordinario aburrimiento.orden.ordinario.mediocridad orden.ordinario.mediocridad.aburrimiento ordinario.mediocridad.orden.aburrimiento ordinario.orden.aburrimiento.mediocridad ¿cómo puedo romper el orden? cómo el puedo puedo como el romper puedo romper el romper cómo orden orden orden basta Quiero realmente romper este orden de mierda, esta estructura, esta guarda de barquitos donde ya sabés que el barquito de al lado es igual y el anterior y el siguiente y el último y el primero y miles de etc. Mientras más trato menos lo logro. Será quizás porque lo hago en cosas básicas, tendré que hacer algo radical. Tengo. La culpa la tiene esa decisión maldita. La de antes. La de después.