¿Qué sigue?

Y de repente fui una hoja que alimentaba a un caracol. Cuando menos lo esperaba, aquellas caricias jugosas se transformaron en rápidas y malévolas mordidas. No había nada que hacer, salvo mecerme con el viento.

Y de repente fui aquel mismo caracol esclavo de una hoja que no se detenía. Si tan sólo pudiera dejar el peso de mis espaldas, ser más veloz, quizá hasta volar. terminé aquella hoja que había sido alguna vez y fui por más.

Y de repente volví a mí Ahora soy yo. Nada me aqueja con tanta intensidad como a aquel ser que era devorado o a aquel otro que debía devorar. Sólo tengo este superficial problema, el de no entender absolutamente nada.

Mar chiquita

Comentarios

kit sch dijo…
kit aplaude!
(a march y quita firmante)
bieeeeem! hay palabras huracanadas!!!
*

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